Mi teoría del querer



En el marco que nos ofrece el mes de febrero, más específicamente el día 14,conocido como el mes del amor; es de vital importancia hablar sobre qué es lo que entendemos por cariño, querer, y amor. Porque, aunque a muchos les parezca lo mismo y se utilicen coloquialmente como sinónimos, no lo son.

Es cierto que todos ellos hacen referencia a un mismo sentimiento de larga duración hacia una persona o cosa. Sin embargo, cada termino expresa una intensidad determinada dentro de él. Lo podemos ver reflejado en la cultura popular con refranes como "del odio al amor hay un paso” o “De enamorado a loco va muy poco” aunque más que pasos o líneas que cruzar lo que hay son evoluciones. 



Estas pueden ser a positivo o a negativo. Así puedes pasar de tener cariño por una persona a quererle, por el hecho de que te trate bien o tenga atenciones contigo; o incluso a amarle, por qué te guste sus atenciones. Considero que tanto el tiempo que se está en cada etapa como la posibilidad pasar entre ellas está directamente unida a la forma en como veamos a las otras personas y la conexión que se tenga con ella.

Así, por ejemplo. Una persona que te llame la atención y que recién conoces tardará menos tiempo en provocar sentimientos más fuertes y potentes. 

Ahora bien, para mí esta evolución es semejante a un electrón que pasa de capa mediante la absorción o expulsión de energía al medio. De donde  la absorben es del ambiente y de su preparación misma, así, suben. De igual manera si el electrón no está preparado o no encuentra la suficiente energía se quedará en la misma capa o bajara para estar más cómodo 

Verlo así, nos permite ver otro factor: las predisposición. La cual tiene que ser paralela a las fuerzas de las demás personas. Si no producirá "rotura de corazones", envíos a la "friendzone" y desengaños tantos propios como ajenos. 

Y como es fácil de comprender, más de una de esas situaciones nos lleva a pensar y sentir que no nos merecemos el querer de alguien o incluso que si existe sea conformista. Ambos pensamientos nos llevan al dolor y tienen un alto grado de peligrosidad. 

En el primer caso, nos infravaloraremos, sentiremos soledad, nos compararemos con nuestro entorno e incluso pueden aparecer emociones como la envidia. Cuando nos sentimos así y entramos en este bucle, nuestro lema suele ser me da asco el amor, ya que sentimos que no lo merecemos y que no es para nosotros.

En el segundo caso, esa conformidad en el amor nos lleva a caer en relaciones tóxicas. Donde creamos grandes dependencias a la otra persona, muchas veces justificadas en el nadie más me va a querer y en el enamoramiento que se llega experimentar en muy corto tiempo.

Es importante la intervención como educadores sociales en ambas situaciones para trabajar la autoestima, el autoconcepto y las relaciones toxicas. Ya que muchas veces encontramos motivos o referencias, que nos los hacen ver cómo normales, en la cultura que nos rodea.


Comentarios

  1. Hola Marina, me parece de admirar tu artículo. Tratas temas que muy pocas personas son capaces de reconocer y me ha gustado mucho. Estamos olvidando lo que realmente es el amor y pienso que nos queda aún mucho que aprender.
    ¡Un saludo!

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    1. Gracias por tu comentario Alicia. Es cierto que no solemos tener claro que es el amor y que eso nos lleva confusiones y equivocaciones que tienen un mismo final doloroso, en la mayoría de los casos. Y claro nos queda mucho por aprender, pero a diferencia de lo que solemos decir, no a golpes sino a base de cariño querer.

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  2. Nunca nos han enseñado el verdadero significado de cariño, querer y amar, nos hemos conformado con pronunciarlas y ya. Tampoco nadie nos ha advertido de las malas consecuencias que pueden tener si no las usas adecuadamente, y ese es el gran problema, que las decimos a la ligera sin saber.
    Me ha encantado que lo hayas relacionado con un electrón, has sabido juntar la ciencia y el amor.
    Gracias por esta entrada, ojala que mucha gente la lea y se de cuenta que no son palabras para decirlas tan fácilmente.

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    1. Hola Andrea, es importante saber qué son, cómo detectarlos y cuales son sus consecuencias, tanto en nosotros mismos como para los demás. Esto no lo podemos aprender de cualquier forma, sino desde el desarrollo de la inteligencia emocional. Esa asignatura pendiente que tiene la sociedad y que solemos ir paliando a través de las experiencias.
      Muchas gracias por tu comentario.

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