No hay nada que me guste más que tomar un café en buena compañía. Permitiéndome pasar un rato agradable y reflexionando de temas aleatorios, o no tanto. Y es que el otro día, en este espacio seguro, hablábamos de trabajar en nosotros mismos para controlar nuestros enfados y la irascibilidad que los provoca.
Según el psicólogo Daniel Goleman, esta inteligencia es algo "necesario para que funcione bien un matrimonio, la vida en general, el trabajo,... En definitiva, es necesaria para la felicidad". Tanto es así que ha dedicado toda su vida en explicarla y ponerla en valor.
Goleman divide la IE en 4 secciones relacionadas entre si:
- La conciencia de uno mismo, es decir reconocer nuestras emociones y saber por qué la sentimos.
- Gestionarse a uno mismo, controlar lo que sentimos para que no afecten a nuestras metas y objetivos.
- Empatía. Refiriéndose a ser capaz de entender que sienten las demás personas
- Relaciones sociales.
En España sin embargo, solo el 5% de los colegios la trabajan como pone de manifiesto el I Estudio Nacional sobre Educación Emocional en los Colegios en España realizado en 2021. En nuestra comunidad, Extremadura, apenas se hace en 35 colegios públicos. Desde luego estos datos reflejan el largo camino que nos queda en este ámbito, pero también nos da la seguridad de que futuras generaciones estarán mejor preparadas emocionalmente.
Ahora bien, ¿Qué pasa con las generaciones actuales?
A nosotros y a nosotras nos queda por delante el arduo trabajo de mirar en nuestro interior, descubrirnos y desarrollarla por nosotros mismos. Formarnos en ella para poder ayudar a las futuras generaciones.
Además como educadores sociales, es muy importante esta formación debido a que nos permitirá entender y trabajar mejor con las personas y en especial con colectivos vulnerables.
Pd: Por si queréis profundizar en D. Goleman y su teoría, pincha en la imagen.
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